Por Manuel Germano.

«Mi nombre es Khan«, «Yo soy Sam«, «Extremely Loud & Incredibly Close» son solo algunos títulos de la amplia cinematografía que lleva a la pantalla grande el Asperger. En «Goyo«, película del realizador de «Elsa y Fred» y «Corazón de león«, entre otras, Nicolás Furtado se pone en la piel de un experto en bellas artes que tiene este trastorno y se enamora perdidamente de Eva (Nancy Dupláa), una nueva compañera del museo en el que trabaja.

En el seno de una familia de clase alta, con padres ausentes pero rodeado de dos hermanos que cuidan de él (dos sólidas interpretaciones de Soledad Villamil y Pablo Rago), Goyo lleva una rutina estricta en la cual se siente seguro, algo necesario y hasta fundamental para las personas que tiene este síndrome. Su vida da un vuelco radical una mañana lluviosa al ver a Eva luchando con su paraguas. La luz que impacta en su rostro y el movimiento del pelo por el viento quedan grabadas en la retina de Goyo y, como un flechazo a primera vista, se enamora de ella.

Eva, quien toma el empleo de Seguridad en el Museo por necesidad, atraviesa una situación personal delicada. Es víctima de violencia de género, echó a su marido de la casa, debe mantener a sus hijos y remarla económicamente.

Las diferencias entre Goyo y Eva están a la vista. La edad, el contexto familiar, la diferencia social, y, claro, el Asperger. Pero estas cuestiones (¿obstáculos?) se deshilvanan en esta comedia romántica que todo lo puede, aún con sus lugares comunes y predecibles. Ella necesita alguien que la quiera de verdad. Él, derribar sus propios miedos y entregarse a lo que siente.

Si bien la resolución de ciertos conflictos y pasajes resultan subrayados, responden a la estética que Carnevale le imprime desde un primer momento a sus personajes, pincelados por momentos con un trazo demasiado grueso. El elenco es una gran elección, mas allá de estas marcaciones del director que pueden ser objetables. Técnicamente la película tiene una buena fotografía y los efectos especiales relacionados a la mente de Goyo con el arte de Van Gogh son preciosos. Por otro lado, se percibe desde un inicio el exceso desmesurado en la música extradiegética que anuncia el drama o la esperanza, de acuerdo en que escena nos encontremos. Ni siquiera el hecho de que la hermana de Goyo sea pianista es suficiente para lograr sostener esa decisión.

Es valioso desde el aspecto temático el tratamiento de los asuntos que recorre la película: el Asperger, la violencia de genero, el drama familiar, la maternidad y sus grises (tanto en el caso de Eva, como el de la madre de Goyo, interpretada por Cecilia Roth sobre el desenlace del filme). Carnevale logra hilar estos temas desde el guión y la narración de forma sencilla y eficaz, sin golpes bajos ni estridencias.

El destinatario en «Goyo» es amplio, está pensada para ser vista por un público heterogéneo, con una formula comercial bien definida, y eso de alguna manera se ve reflejado en la cantidad de personas que la vieron en Netflix, donde se ubica como lo más visto en varios países.

Calificación: Buena.

Título original: Goyo. Año: 2024. Duración: 107 min.País: Argentina. Dirección y guión: Marcos Carnevale.

Reparto: Nicolás Furtado, Nancy Dupláa, Soledad Villamil, Pablo Rago, Cecilia Roth, Diego Alonso Gómez, Balthazar Murillo.

Música: Iván Wyszogrod.

Fotografía: Horacio Maira.

Compañías: Kuarzo Entertainment Argentina, Leyenda. 

Distribuidora: Netflix

Caracteres: 3414

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