¿Los niños a la cárcel? Por Carla Florencia González
Hoy me trae un tema que como penalista me atraviesa fuertemente y es la baja en la imputabilidad.
Primero vamos a recordar que para que exista delito deben reunirse una serie de requisitos, diría en este artículo, informalmente hablando. O mejor dicho para expresar lo jurídico “PARA TODOS”, que está la idea de esta columna. Que fuera de los tecnicismos todos puedan comprender como funciona el derecho.
Comenzando desde allí, hay características subjetivas y otras objetivas que se deben reunir. El discernimiento, la intención y la voluntad deben estar presentes en las acciones de un sujeto para que sea considerado que es imputable de un delito. Aparte de las características objetivas como ser vulnerar otro derecho y principalmente del orden público.
Centrarnos en los elementos subjetivos nos ayudara a comprender por qué bajar la imputabilidad no sería en absoluto una solución a los fines de disminuir el delito, como no lo son las cárceles hoy en día en nuestro país, ni lo fueron.
La idea de la justicia penal como reitero en cada artículo, es justificar el poder que se le entrega al Estado. Es sustentar el miedo a una gran parte de la población para que no reine la desorganización y el caos. De no existir el derecho penal, entendemos todos que esto seria lo mas similar a la película “La purga”, como lo ha sido en épocas anteriores cada uno hacia justicia por lo que consideraba era una ofensa.
Volviendo a las características que debe cumplir un sujeto al momento de cometer un delito sabemos que debe tener discernimiento (saber que algo está bien o está mal para su sociedad) intención (total deseo de llevar adelante la acción y ponerla en marcha) y finalmente la voluntad (no estar siendo coartado en sus decisiones). Para comenzar entendemos que, pese a que la ley nos dé una edad donde nos considera adultos o no, es solo un numero promedio, hoy en día es cuestionable, siendo que la neurociencia y la psicología ha logrado demostrar que ser adulto es algo más que llegar a determinada edad y que la madurez puede variar incluso en décadas entre una persona y otra.
Dicho de otra forma, la edad es un número que se ha fijado en las leyes para otorgar derechos y obligaciones, pero varía esa misma edad de un individuo a otro y depende de muchos factores, sociales, culturales y de tiempo.
Otra de las características que varían de igual forma es la que debe considerarse en el discernimiento. ¿Por ejemplo, sabe usted que si posee un teléfono celular en su casa que le han regalado, y si esta persona no registró dicho teléfono en la base de datos de ENACOM usted puede estar siendo participe de un delito?? ¿Por qué no ha registrado dicho aparato a su nombre?
Seguramente no lo sabe y esto es porque la ley es nueva, de apenas unos años y sucesivamente salen leyes que agrupan cada vez más cantidad de cuidadnos como posibles delincuentes. Reitero la finalidad es el control sobre los individuos, es por ello que todos nosotros vamos por la vida cometiendo delitos que no sabemos que los son (revisar el tel. o email de la pareja, tener un aparato telefónico sin transferencia de registro, fotocopiar un libro, bajar películas en plataformas no habilitadas, publicar en tus redes un comentario ofensivo a otra persona o marca, entre otros). Es por esta simple razón que bajar la imputabilidad no resolvería en absoluto la baja de los delitos, ya que la finalidad de este aparato judicial es que existan más delitos y puedan más personas entrar en ese sistema de control.
Siempre que pensamos en delitos se pasa por nuestra mente lo que vemos en la TV. Y estos son solo una clase de delitos, pero pensar que nuestro hijo, sobrino, hermano o nieto puede estar siendo penalizado por un delito que seguramente no conocía es desesperante.
Cualquier persona puede entrar al sistema penal, reitero, si alguna vez tomó la correspondencia del vecino, ya sea por erro o no, o ha ingresado en una red social con una contraseña que no debía saber, usted puede estar en serios problemas, y pese a que luego se probara o no si es culpable, primero deberá ser tratado como un delincuente, pasar por un proceso judicial a vergonzante, estigmatizaste y finalmente no será la misma persona antes que después de un proceso penal.
Si bien la violencia de algunos delitos pareciera que se calmaría con más violencia, esta es solo una creencia en la educación que se ha recibido hasta nuestros tiempos, encerrar al niño en una cárcel, aislarlo de un círculo familiar, hacerlo sentir distinto, no aceptado, y rechazado no es ni ha sido la solución para disminuir ningún delito. Es una herramienta más para saciar la violencia sedienta de “justicia” que tiene quien se sienta frente a la violencia social y los delitos. Pero no deja de ser violencia que se intenta apagar con violencia. Las políticas sociales, deberían estar destinadas a la educación no solo escolar, sino barrial, social, familiar y dar un rumbo distinto a los niños que no tienen otra realidad que en la que viven, son casi 5 generaciones de delincuencia y violencia naturalizada la que tiene nuestro país. El discernimiento no esta claro ni en los niños que son criados en círculos delictivos, ni en esos adultos que siendo niños alguna vez, entendieron que esa es una realidad que les tocó y en la mayoría de los casos no podrán cambiarla. Igual de riesgoso para ellos como para cualquier niño en nuestra sociedad no tienen previo a los 16, ni siquiera previo a los 21 discernimiento, como tampoco la tienen hoy la mayoría de los adultos, ya que las leyes cada vez envuelven mas acciones la figura de delitos, si no podemos hoy evitar este control sobre los individuos, al menos intentemos dejar a salvo a los niños.
. Si querés sugerir algún tema del que te gustaría leer en relación con el derecho escribime a dra.gonzalez1184@gmail.com
Carla Florencia González
Abogada penalista
Imagen de portada (De https://www.diarioconstitucional.cl/2023/09/02/george-stinney-jr-de-14-anos-fue-electrocutado-en-1944-por-asesinar-a-dos-ninas-blancas-y-exonerado-70-anos-despues/):
El adolescente George Stinney Jr. de ascendencia africana, fue la persona más joven con condena a muerte en el siglo XX en los Estados Unidos. Solo tenía 14 años cuando fue ejecutado en una silla eléctrica.