Un desarrollo inmobiliario había causado el rechazo de los vecinos. Fuente: La Nación (Publicada el 12 de noviembre- Por Mauricio Giambartolomei)
Link a nota original: Villa Ortúzar: descartaron la construcción de un edificio en una plaza y prosperó un proyecto alternativo – LA NACION
La construcción de un edificio en una plaza pública en el barrio de Villa Ortúzar no avanzará. El proyecto, que había generado polémica y rechazo entre los vecinos, fue descartado por una propuesta superadora para su beneficio. La superficie que ocupa esa parcela privada será integrada al espacio verde como parte de un acuerdo urbanístico entre privados y el Gobierno de la Ciudad que resultó el mediador entre las partes.
El proyecto inmobiliario estaba previsto en uno de los lotes ubicados en los vértices de la plaza Malaver, cerca del cementerio de la Chacarita y delimitada por las calles Girardot, Heredia, Montenegro y Estomba. Dos de las cuatro esquinas de la manzana están ocupadas por un conjunto de viviendas particulares; una de ellas fue demolida para dar paso a un edificio de hasta siete pisos que ya estaba siendo promocionado por su desarrollador. Finalmente, los 185 metros cuadrados de ese terreno serán parte de la plaza una vez que se apruebe el traspaso en la Legislatura porteña.
Según explicaron desde la secretaría de Desarrollo Urbano de la ciudad, la parcela privada se convertirá en un espacio verde “como contraprestación de un convenio urbanístico” en el marco del Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible, destinado a promover el desarrollo urbano con la financiación de proyectos públicos, privados y mixtos, constituido por los ingresos de lo recaudado por el pago de los Derechos para el Desarrollo Urbano y el Hábitat Sustentable (plusvalía urbana) y las contraprestaciones provenientes de Convenios Urbanísticos.
El atajo para encontrar esta solución a un posible conflicto vecinal fue un constructor privado que presentó una propuesta de convenio urbanístico para aumentar los metros construibles en su parcela ubicada sobre la avenida Del libertador. El cambio de normativa indica que debía entregar una contraprestación equivalente a la ciudad que puede ser dinero, obras o espacio público. Esa contraprestación se calcula mediante una fórmula que analiza la ganancia que obtiene el desarrollador gracias al cambio normativo. En este caso el Gobierno intercedió y propuso al constructor privado que adquiera la parcela junto a la plaza Malaver y le cediera el dominio a la ciudad para incorporarla al espacio verde.
El costo de la parcela, unos 85 millones de pesos (o el valor de 837.200 UVAs) será descontado de la contraprestación en efectivo que debe pagar el desarrollador en el momento de aprobarse el convenio firmado entre el Ejecutivo y el privado, que debe ser refrendado por la Legislatura.
Departamentos de 1, 2 y 3 ambientes son los que promocionaba la desarrolladora inmobiliaria a cargo del proyecto con imágenes que mostraban de la demolición de la vivienda y un anticipo del emprendimiento. El nuevo acuerdo fue negociado entre los privados que llegaron a un entendimiento. “Este es un ejemplo de que el Gobierno escucha y genera los instrumentos para resolver los problemas de la gente, trabajando en conjunto entre el sector público y el sector privado. Esto explicita la potencia de los convenios urbanísticos como instrumento de gestión urbana en favor de la gente”, opinó el secretario de Desarrollo Urbano de la ciudad, Alvaro García Resta.
Historia
La plaza Malaver antiguamente era un terreno en el que convivían, separadas por un alambrado, las canchas de fútbol de dos clubes rivales de la zona: La Paternal y Gutenberg. Las dos instituciones se mudaron y abandonaron el espacio que fue convirtiéndose en una plaza, que fue inaugurada en julio de 1940. Cuando los clubes dejaron el predio el municipio porteño fue adquiriendo las casas familiares para ampliar el espacio verde y sumarlo a las canchas de fútbol que habían quedado abandonadas. Algunos propietarios decidieron no vender y fue así como quedaron dos esquinas con viviendas particulares
Las unidades se encuentran en dos esquinas en diagonal y, en una de esas parcelas, se inició la obra que puso en alerta a los vecinos, que se movilizaron en el colectivo La Malaver. Desde la agrupación mostraron su desacuerdo que estaba avalado legalmente por el nuevo Código Urbanístico que autoriza la construcción de un edificio de hasta 25 metros en esa zona. El temor era que si avanzaba esa construcción sentara un precedente para el avance de otros inmuebles similares que puedan producir mayores conos de sombra y modifiquen el espacio verde.
Cuando el conflicto escaló, el mes pasado, desde la secretaría de Desarrollo Urbano explicaban que la manzana en cuestión tenía un parcelamiento por fuera del terreno correspondiente a la plaza “y lo que se quiere edificar está dentro de la normativa aprobada por la Legislatura porteña en 2018″. Poco tiempo después el panorama cambió por completo: no habrá un edificio de 25 metros al lado de la plaza y se ampliará la superficie verde.
Foto: La Nación (Por Fabián Marelli)- La plaza Malaver