Por Manuel Germano (@ociopatasok)

En una ciudad como la nuestra hay cientos de propuestas por doquier y eso satisface a distintos públicos. A continuación, unas líneas con su correspondiente valoración sobre algunas obras de teatro que vi en las últimas semanas y que podrían tener en cuenta (o no, depende el caso).

1) “Largo viaje de un día hacia la noche”, de Eugene O’Neill, con traducción de León Mirlas: En la cartelera del Teatro San Martín y con entradas muy accesibles se puede disfrutar de esta adaptación del clásico de uno de los dramaturgos más importantes del drama moderno. En esta obra autobiográfica, O’Neill presenta a una familia que transita una noche en la cual saldrán a la luz diversas cuestiones vinculadas al pasado, las perdidas, los reproches, la estabilidad emocional, la salud y la tensión que existe en los cuatro personajes interpretados por Arturo Puig, Selva Alemán, Diego Gentile y Lautaro Delgado Tymruk. Julia Garriz, por su parte, interpreta a la empleada de la familia, testigo de las discusiones, cruces y episodios que se recorren durante la obra. A ese largo día que transita el texto lo sorprenderá la noche, y, escena a escena, dialogo a dialogo, el drama se vuelve cada vez más denso y sofocante. Luciano Suardi dirige notablemente al grupo de actores y rubros técnicos en una lograda puesta de este clásico. Valoración: 7.

2) “Antígona en el baño”, de Facundo Zylberberg y Verónica Llinás: Con dirección de Laura Paredes y la propia Llinás, que aquí posee un triple rol, pues también es la protagonista de la pieza y la dramaturga, esta comedia se estrenó hace unas semanas en el teatro Astral. La pieza nos presenta a una reconocida actriz que repasa en el baño las líneas de la tragedia de Sófocles que está a punto de estrenar. Da vueltas y se niega a asistir a la función. Su asistente (Lamothe) y su terapeuta (Díaz) intentan ayudarla, pero las cosas salen peor de lo que parece y el estreno o no de la obra deviene anecdótico cuando se descubren a lo largo del texto ciertos secretos y revelaciones. Las buenas intenciones desde la dramaturgia no alcanzan para convencer al espectador, y, si bien puede resultar graciosa y efectiva para cierto publico, el desarrollo y desenlace de la puesta contiene ciertos aspectos subrayados e innecesarios. El nivel actoral del elenco es desparejo y el protagónico de Llinás por momentos avasalla, y no en el buen sentido. Hector Díaz despierta genuinas carcajadas con su peculiar personaje, mientras que Lamothe no logra encontrar el tono justo en una interpretación cargada de clichés. Una comedia que no logra superar las expectativas. Valoración: 4.

3) “Una zanja en el campo”, de Marcelo Pitrola: Con dirección de Claudio Casariego esta pequeña obra que tuvo lugar los domingos a las 20 hs y que se despidió el pasado fin de semana, es una alternativa interesante de teatro alternativo para tener en cuenta en su futura reposición. En un campo alejado de la ciudad una familia se reúne para decidir que hacer con la casa del abuelo. Las hijas, los nietos y hasta el empleado de toda la vida conforman el elenco de esta obra que muestra los diferentes puntos de vista e intenciones de los personajes en relación a qué hacer ahora que el abuelo ya no está. Cada uno analiza la situación desde su óptica, y, por supuesto, de su propio interés. El elenco cuenta con actuaciones un tanto desparejas, una arista que se compensa con el sobrio e inteligente texto de Pitrola. La dirección de Casariego es acertada, aunque el recurso del apagón entre escena y escena, y la música que acompaña ese momento es utilizada durante toda la obra de forma reiterada e injustificada. Un recurso del cual se abusa sin necesidad, pues no suma ni desde lo dramático ni desde lo narrativo. Valoración: 6.

5) “Antigona”, con dirección de Carlos Ianni. El clásico de Sófocles es inoxidable, al igual que esta obra dirigida por Carlos Ianni que lleva varias temporadas en cartel y llena sus funciones cada sábado en el Celcit (está en hasta el 25/11). Antígona quiere dar sepultura a su hermano pero Creonte lo considera un traidor, motivo por el cual le niega esa posibilidad. Ordena que el cuerpo no sea enterrado y quede a la intemperie, a fin de que sea expuesto y devorado por las fieras. El texto de José Watanabe, versión libre de la tragedia de Sófocles, traslada a la audiencia a Tebas y, a través de la comprometida interpretación de Ana Yovino, recorre el destino de Antígona para honrar el espíritu de su hermano. Esa decisión la lleva a enfrentar no solo a Creonte, sino también a quienes apoyan que el cuerpo no reciba la honrada sepultura. El público se compromete con la solemnidad muy bien lograda que plantea “Antígona”, una obra que logra emocionar y mantener la atención expectante desde un primer momento. La sala abarrotada de gente de todas las edades y el silencio sepulcral en las dos plateas del CELCIT son parte de esta experiencia teatral inolvidable. No se la pierdan. Valoración: 9.

5) “Una”, con dramaturgia y dirección de Giampaolo Samá. Los sábados a la noche en Timbre 4 se presenta la premiada “Una”, basada en la novela “Uno, ninguno y cien mil”, de Luigi Pirandello. En este trabajo impecable de composición de personaje y expresión corporal, Miriam Odorico, una actriz formidable, atrapa la atención del espectador desde el primer minuto al contar el vínculo de una mujer (ella misma) con su nariz. Ese planteo inicial es el disparador de un texto preciso en el cual surgen diversos personajes que la misma Odorico interpreta desde una silla (único elemento escenográfico). Con planteos del orden de lo filosófico que reflexionan sobre la identidad, la percepción, la belleza, los estereotipos y las relaciones, “Una” es una dosis de buen teatro desde todo punto de vista. El trinomio dirección, actuación y dramaturgia se fusionan de manera excepcional y el resultado es una obra a todas luces impecable. Valoración: 9.

6) “Coqueluche”, de Roberto Romero. Versión y dirección de Jose María Muscari. En el Multiteatro Comafi se estrenó la última obra de Muscari, protagonizada por Betiana Blum, Monica Villa, Mario Guerci, Agustin Sullivan y Julieta Poggio. La obra, que estuvo en cartel tiempo atrás con el protagónico de Thelma Biral, es una comedia liviana que relata lo que le sucede a una actriz (Blum) cuando recibe en su casa a una joven huérfana que vive en un convento de monjas (Poggio). La historia recorre como esta insolente y malhablada joven consigue el cariño de su anfitriona, a la vez que ubica al amante ambicioso que quiere sacar ventaja de todo y encanta con su desparpajo al tímido hijo de la actriz que llega de visita de forma inesperada. Muscari le imprime a esta comedia naif y antigua algunos elementos que no encuentran justificación dramática: colores estridentes, momentos subrayados, música constante y cuadros de baile injustificados. Los personajes están estereotipados y casi caricaturizados. Betiana Blum, Monica Villa  Agustin Sullivan y Mario Guerci, aún así, realizan trabajos convincentes, mientras que Julieta Poggio no logra compensar con su belleza la falta de oficio sobre las tablas. Como escuela de teatro, seguramente esta obra le funcionará muy bien. “Coqueluche” es una comedia kitsch que apela a la risa fácil y la obviedad. Está sobrecargada de elementos (los mencionados más arriba) que le juegan en contra. Valoración: 3.

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