Muchísimos feligreses participaron el lunes 8 de diciembre de una nueva edición de la tradicional celebración en honor a Nuestra Señora que Desata los Nudos en la Parroquia San José del Talar, ubicada en Navarro 2458. Se trata de una de las devociones marianas de mayor crecimiento en el país durante los últimos años.
Las actividades incluyeron misas, bendiciones y una ceremonia central realizada al aire libre, frente al templo, donde la imagen de la Virgen presidió la jornada entre flores y aplausos. El evento, que se repite cada 8 de diciembre, volvió a convocar a numerosos vecinos y peregrinos que se acercaron para agradecer favores, presentar intenciones y participar del encuentro comunitario. La Devoción, popularizada en Argentina desde que el entonces arzobispo Jorge Bergoglio la difundiera en la Ciudad de Buenos Aires, mantiene una presencia cada vez más visible en ámbitos parroquiales y escolares.

Las cuadras alrededor del templo de Agronomía se transformaron en un gran espacio de oración pública. Se montó un escenario donde se realizó la liturgia principal y se dispuso una gran cantidad de sillas para la concurrencia, que colmó la calle con familias, adultos mayores y jóvenes.
La imagen de la Virgen Desatanudos ocupó el centro de la puesta, adornada con guirnaldas de flores y rodeada de velas. A su alrededor, voluntarios y miembros de la comunidad ayudaron a organizar el evento, mientras cantos y oraciones acompañaron cada momento.
Pese al calor y la intensidad de la jornada, la respuesta de los fieles fue permanente: muchos se acercaron a dejar cartas, otros participaron rezando el rosario y no faltaron quienes, de rodillas, realizaron promesas o gestos personales de agradecimiento.
Dentro de la iglesia, el clima fue distinto pero igualmente intenso. Decenas de personas permanecieron en oración frente a las imágenes de los santos, aprovechando espacios de silencio y recogimiento. El movimiento dentro del templo fue constante: familias entrando y saliendo, velas encendidas y plegarias ofrecidas con devoción.

El interior del edificio, con su arquitectura clásica y su iluminación tenue, brindó un marco ideal para quienes prefirieron vivir la celebración en un ambiente más íntimo.
La Virgen Desatanudos es una advocación originaria de Alemania, pero su expansión en Argentina fue notable en las últimas dos décadas. Las comunidades parroquiales organizan cada año distintas actividades en torno a su festividad. El espíritu de la devoción se centra en pedir la intercesión de María para “desatar los nudos” de la vida cotidiana: problemas familiares, laborales, afectivos o situaciones personales que los fieles viven como obstáculos difíciles de resolver.

La jornada concluyó con la bendición final sobre todos los presentes. Entre aplausos, lágrimas emocionadas y abrazos entre vecinos, el evento volvió a demostrar que esta devoción mantiene una fuerza singular dentro de la fe popular argentina.
HISTORIA
En 1700 todo empezó con un cuadro pintado por el pintor Johann Melchior Georg Schmittdner, quien logró a través de la imagen de esta Virgen, transmitir confianza y atrapar al espectador. La Virgen María se manifiesta allí como Nuestra Señora Knotenloserin (“la que desata los nudos”) y se refiere a la mediación maternal de la Virgen para resolver la maraña de dificultades.
Su imagen pasó a ser venerada en la iglesia de Saint Peter am Perlach en Ausburgo (Alemania) y transmite una paz maternal.
El culto se basa en esta pintura al óleo, sin título, del pintor alemán, que primero formaba parte del retablo de ‘Las Beatas Vírgenes del Buen Consejo’, y luego fue donada a la Iglesia de Augsburgo. En principio era aparentemente una devoción privada, que tomó mucho auge posteriormente en Argentina de la mano del entonces Monseñor Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires.
En la Argentina, este retrato se encuentra en la parroquia San José del Talar y en un principio se veneraba el cuadro con una imagen de Nuestra Señora de Knotenlóserin en la Capilla del rectorado de la Universidad del Salvador, pero no colmaba las expectativas espirituales de los varios de los que conocían esa advocación de la Virgen. Entonces decidieron entronizarla y darle veneración pública. La imagen entonces fue pintada por la misma artista que había hecho el cuadro de la Universidad, y fue el Cardenal Quarracino fue quien autorizó su entronización.
Se definió que el 8 de diciembre de 1996 se realizara la ceremonia ante el cuadro de Santa María: ‘la que desata los nudos’, a través del Párroco Rodolfo Arroyo. La imagen aquí fue pintada por la Doctora Ana Betta de Berti. Tras una intensa propagación pública de la Virgen, el 8 de diciembre de cada año (solemnidad de la Inmaculada Concepción y día en que se venera dicha imagen en Alemania) quedó como el día en que se celebra en forma permanente la Solemne Misa de la Virgen, en la cual se bendice el milagroso cuadro de Nuestra Señora Knotenlóserin de modo ritual.
Tras ello la figura de la Virgen fue propagándose a través de estampitas y miles de personas comenzaron a creer en ‘los milagros de la Virgen’, y en su desesperación, acudieron a ella en busca de ayuda pese a no ser sus fervientes devotos. Los creyentes aseguran que Dios obra a través de su Madre y la de todos, la Virgen María. Ella se preocupa por cada una de las personas, protegiéndolas y reconfortándolas, por lo que hay que pedirle consejos y ayuda.
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