Entrevistamos a la Dra. Paula Fernández Lopes, autora del libro “Vivir solo. Experiencias de residentes de hogares unipersonales de la Ciudad de Buenos Aires”

En primer lugar me gustaría que pudieras realizar una breve presentación personal…

-“Nací en Villa Ballester, Provincia de Buenos Aires en el año 1991. Tengo 32 años. Actualmente vivo en Olivos, también en el Gran Buenos Aires. Me anoté en la Carrera de Sociología en el año 2009, terminé la Licenciatura e hice el Profesorado de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Sociología. Durante mis estudios universitarios daba clases de idiomas y obtuve mi primera Beca del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para investigar dentro del área de estudios culturales. También trabajé en gestión pública durante varios años y me di cuenta de la relevancia que tenía pensar un Estado basado en evidencia para planificar y diseñar políticas públicas con una mirada sensible, de inclusión social. Y sobre todo los aportes que podía transmitir desde mi formación académica. Me doctoré en el año 2021, también dentro del área de estudios culturales gracias a una Beca de financiamiento del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) e hice una especialización en Política Internacional. Desde entonces pude conjugar varios intereses profesionales que me apasionan y que disfruto hacer y pensar en conjunto: investigación social, gestión pública y docencia universitaria”.

– ¿Por qué pensaste en esta temática para tu libro?

-“Como te comentaba, mi primer acercamiento con la investigación fue dentro del área de estudios culturales. Durante muchos años di vueltas en relación con mi objeto de estudio. Sabía que quería trabajar sobre sexoafectividades y estilos de vida urbanos. En esa confusión, mi Director de tesis me ayudó mucho a enmarcar el tema: me comentó acerca de las transformaciones familiares y del predominio de hogares unipersonales, un fenómeno escasamente estudiado en profundidad en nuestro país. Desde entonces, guiada por la curiosidad, me metí en el tema, armamos un proyecto para presentarnos en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y empecé a investigar sobre las características más estructurales de quienes viven solos en la Ciudad de Buenos, comprender sus motivaciones y razones para habitar en ese tipo de residencia y la construcción de sentidos en torno a la familia, la convivencia afectiva, el ejercicio de la sexualidad y la procreación. Mi forma de concebir la ciencia es de divulgación, que se puedan contar experiencias en un lenguaje simple, claro y que despierte preguntas e interpele a distintos tipos de auditorios. Y desde luego para esos fines, que sea accesible económicamente. Mi libro, que se desprende de mi tesis doctoral en sociología, con hallazgos del año 2019 y 2020, fue el desafío que me propuse y que logré concretar este año”.

– ¿En qué parte de la Ciudad, en qué franja etaria y en qué nivel socioeconómico predominan este tipo de viviendas?

-“La Ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción geográfica que tiene el mayor porcentaje de hogares unipersonales. Si observamos los últimos datos del año 2022 del operativo de la Encuesta Anual de Hogares (EAH) de la Ciudad de Buenos Aires el porcentaje de hogares unipersonales es de un poco más de un 39%. El reducido tamaño de los hogares, es una tendencia que se registra en las grandes ciudades y particularmente en los sectores más acomodados que son los que disponen de los recursos necesarios para asegurar la sostenibilidad y los gastos a afrontar. En esta jurisdicción geográfica, los hogares unipersonales se nuclean en la zona norte y se desdibujan en la zona sur e inversamente, los hogares multipersonales se destacan en estos últimos distritos. De hecho, Según la Encuesta Anual de Hogares (EAH) de 2022, más de un 55% de los hogares de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires son unipersonales. Antes el hogar unipersonal era predominantemente el producto de la viudez -que es un fenómeno mucho más común entre mujeres, dadas las diferencias en expectativas de vida por sexo-, pero hay una tendencia hacia la diversificación de la situación de las personas en este tipo de lugares: jóvenes de distintos sexos que eligen vivir solos para culminar sus estudios y desarrollarse profesionalmente y hombres separados y divorciados, que viven solos, aunque pueden recibir a sus hijos en ese hogar. No obstante, debemos destacar que las mujeres de 65 años y más viudas son el grupo mayormente representado al interior de los hogares unipersonales y que a lo largo del tiempo ha aumentado la composición de adultos y jóvenes que aplazan la entrada en primera unión o matrimonio e incluso el deseo de maternar o paternar a futuro”.

¿Cómo se da este fenómeno en el resto del país?

-“Las transformaciones en las familias tradicionales y el crecimiento de hogares unipersonales son fenómenos crecientes particularmente en los aglomerados urbanos más poblados. Si bien debemos considerar este aspecto, la Ciudad de Buenos tiene incluso mayores porcentajes de este tipo de hogares que las ciudades más pobladas de la región latinoamericana como son Río de Janeiro, San Pablo y México DF. En relación con las distintas jurisdicciones del país y el total del mismo, la estructura social y económica de la Ciudad de Buenos Aires se distingue en varios aspectos de otras grandes jurisdicciones del país. Es el distrito más extenso y densamente poblado que detenta el mayor producto per cápita de Argentina, gozando de un destacado desarrollo de servicios públicos y de infraestructura urbana de calidad. Los indicadores de desarrollo humano y social de la Ciudad muestran que la población residente en el distrito tiene acceso a estándares altos de salud y educación, que se ubican entre los más elevados del país y de América Latina. Esto se condice con el envejecimiento poblacional, una nupcialidad y consensualidad tardía y niveles muy bajos de fecundidad -por debajo del nivel del reemplazo generacional-, pautas socioculturales modernas que se observan en los países altamente desarrollados y con mayor prevalencia en la Ciudad de Buenos que en el resto de los aglomerados con 500000 habitantes y más dentro de nuestro país”.

– ¿Podrías contarnos algunos detalles de tu investigación?

-“Para contestar los objetivos de la investigación, decidí optar por un diseño mixto que tuviera datos estadísticos censales, de operativos nacionales como la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y la Encuesta Anual de Hogares (EAH) de la Ciudad de Buenos Aires. Creo que lo que más me costó fue armar las series temporales desde la década de los setenta en adelante con la Encuesta permanente de Hogares (EPH) por los cambios que tuvo la metodología, aunque desde el año 2003 el acceso a los microdatos abiertos me permitió reconstruir con mayor facilidad los cambios en el tiempo hasta al año 2018. Eso me llevó unos cinco meses con reformulaciones constantes sobre cómo presentar la información de manera sintética, comprensible, pero a la vez detallada. En paralelo se llevó a cabo el reclutamiento para desarrollar las entrevistas en profundidad y cara a cara. Cabe destacar que este proceso culminó un mes antes de que se decretara la emergencia sociosanitaria a nivel mundial. En el trabajo de campo surgieron muchas emociones por parte de los participantes, con un profundo trabajo de introspección y reflexividad. Muchos de los entrevistados fueron informantes clave para completar la muestra de residentes, aportando datos fundamentales y contribuyendo a generar nuevas variables en torno al surgimiento de los hogares unipersonales. Por ejemplo, una entrevistada me comentó que una de sus amigas había perdido recientemente a su madre y que, en esa convivencia con su familia de origen, la había estado cuidando hasta el deceso. Fue muy emotivo saber que contaba con ella para esta investigación y que hubiese aceptado participar en un hecho tan reciente. Y después con el paso de los años, me fui enterando que algunos miembros de mi muestra fallecieron. Llevar su recuerdo en mi libro, es uno de los aspectos más valiosos para mí”.

– ¿Cómo creés que está conceptuado en general el hecho de vivir solo actualmente en la Ciudad y en el país? ¿Pensás que existen ciertos prejuicios al respecto? ¿Qué opiniones al respecto conseguiste en tus testimonios si es que tocaron el tema?

-“Desde la introducción de mi libro y la presentación del problema de investigación, el envejecimiento poblacional y la creciente expectativa de vida producto de la urbanización, junto con los cambios en la sexualidad, la introducción de los métodos anticonceptivos, la disminución en la cantidad de hijos, el aumento en la tasa de divorcios y nuevas expectativas en el amor con parejas “cama afuera”, son algunas de las tantas rutas de entrada que menciono para la conformación del hogar unipersonal. No estamos en presencia de la disolución de la familia tradicional o la unión exclusivamente heterosexual con hijos, pero sí debemos contemplar estos cambios y las transformaciones que se observan en América Latina desde la década de los 70 y en el caso de Argentina, legislaciones propias que se instituyeron como la Ley de Divorcio Vincular, el reconocimiento de hijos extramatrimoniales y un movimiento feminista que salió de la “oscuridad” en la transición democrática. En las entrevistas hay testimonios clave que remiten a ciertos “prejuicios” sobre todo en la población de 65 años y embates frecuentes con su familia de origen por no haber seguido ciertos mandatos. En las mujeres, no haber sido mamás jóvenes y en el caso de algunos varones haber cumplido con esas trayectorias sin haber contemplado sus deseos individuales. Algunos mismos se perciben así mismos como “ovejas negras” que han venido a romper con esa idea de la linealidad. En el caso de los jóvenes está mucho más naturalizado entre sus pares el aplazamiento de convivencias afectivas y en el caso de las mujeres la “idea del reloj biológico” o el “se te pasó el arroz” está fuertemente discutida. La maternidad será deseada y las tecnologías reproductivas permitirán concretar ese deseo independientemente de la edad y el momento de la vida. Conocerse individualmente, avanzar profesionalmente forma parte del proceso y ello no implica egoísmo por un otro. De hecho, es a la vez para estos entrevistados una forma de preservar la llegada de un hijo, garantizar antes cierto “bienestar” y condiciones económicas, de vivienda y el despertar del verdadero deseo. Hay algunos casos de jóvenes migrantes donde aún recaen ciertas “presiones” sobre tener hijos –sobre todo en quienes se encuentran en pareja o conviviendo- pero son los menos y sólo se erigen en el marco de familias de origen muy tradicionales que residen en pueblos pequeños; basados en ciertos patrones socioculturales”.

– ¿Cómo pensás que evolucionará este fenómeno en los próximos años? ¿Pensás que la situación económica influirá para que las personas puedan tomar esta decisión también, dado el elevado costo de los alquileres en CABA?

-“Como conversábamos, las tendencias mundiales -con distintas celeridades y patrones sociodemográficos- indican una disminución del tamaño promedio de los hogares junto con un creciente envejecimiento de las sociedades. Esto influye claramente en la elección de residir solo y particularmente en una ciudad como es Buenos Aires, cosmopolita, con servicios y comodidades. De hecho, es un tema que está en agenda y donde países más desarrollados han generado propuestas de viviendas para un solo residente o bien ministerios para el cuidado y la atención de la salud mental en personas que sufren de depresión, soledad o aislamiento social –que no es una condición sine qua non de residentes unipersonales. Por otra parte, y si bien estos tipos de hogares son mayoritarios en las zonas más acomodadas, debemos considerar la crisis habitacional que existe en la Ciudad de Buenos Aires, los proyectos que se están tratando en torno a la ley de alquileres para modificar los plazos, valores en moneda nacional y ajustes no inferiores a seis mesas. La sostenibilidad del hogar debe acompañarse del sostén económico y garantizar ingresos mediante trabajos estables, un aspecto que atraviesa todas las clases sociales pero que golpea particularmente a los jóvenes en sus primeros pasos al mundo laboral. Por eso creo como te decía al principio de la entrevista, los datos de las investigaciones no solamente nos permiten movernos en arenas académicas, sino que deben retroalimentar y discutir la formulación de políticas públicas con un Estado presente que amplíe derechos”.

– ¿Cómo está estructurado tu libro?

-“Mi libro se compone de diez capítulos. Uno más introductorio que versa sobre cómo fui construyendo mi objeto de estudio y la metodología utilizada para investigar. Seguido de este, un capítulo que permite profundizar en la bibliografía existente sobre este fenómeno y que retoma conceptos de la teoría sociológica contemporánea, sociodemográfica y estudios de alcance medio sobre hogares y familia. Los capítulos restantes muestran los resultados de la investigación. En principio, un análisis cuantitativo exhaustivo que muestra la evolución del fenómeno en el país y en las ciudades más pobladas, particularmente sobre los cambios que gozó la Ciudad de Buenos Aires desde mediados de la década del 70 hasta la actualidad. Conocer también la composición de quiénes viven solos en la ciudad para poder elegir a los participantes de este estudio fue fundamental. En los otros tres capítulos, se muestra la riqueza de los testimonios recuperados de entrevistas con sus percepciones, experiencias y vivencias. Finalmente, hay dos capítulos con discusión generales de los hallazgos con la literatura existente del fenómeno y conclusiones generales. Desde luego, está la bibliografía de referencia utilizada para quienes decidan recuperar dichas fuentes”.

– ¿Qué cosas valoran sobre su estilo de vida las personas que viven solas en CABA en general?

-“Hay factores que dependen mucho de la edad, el género y la situación conyugal de quienes participaron en este estudio. Pero a grandes rasgos te podría decir que la independencia, la libertad de moverse en tiempo y espacio para concretar actividades -sin tener que consensuar- y la posibilidad de cuidar el mundo afectivo, decir cuándo, cómo y con quién interactuar. Poder llegar a casa, abrir un vino, relajarse, ver la tele o una serie, leer un libro o bien armar planes con sus hijos que no residen en la misma vivienda. O sea, elegir. Eso hace que mayormente no se sientan solos. Pero también se rastrea en los testimonios una contradicción in situ, la contracara de no compartir momentos de mayor intimidad o contarse cotidianeidades; que te cuiden y te acompañen en los momentos de angustia, tristeza o enfermedad. Tener que Ir a buscar el encuentro que por un lado implicar valorar con quién hacerlo, pero, a la vez, implica cierto esfuerzo, desgaste o añoranza de buenos momentos”.

– Para concluir, ¿Dónde podemos conseguir tu libro?

-“Hay dos formas de conseguir el libro: digital en formato ebook e impreso. Como comentaba al principio de la entrevista, la ciencia debe ser un patrimonio para la ciudadanía. El ebook es muy accesible económicamente y se adquiere por la Editorial Imaginante en nuestro país en el siguiente enlace: https://www.editorialimaginante.com/producto/ebook-vivir-solo-experiencias-de-residentes-de-hogares-unipersonales-de-la-ciudad-de-buenos-aires-paula-daniela-fernandez-lopes/ . Para quienes residen en otros países, incorporamos plataformas internacionales para la venta. Los enlaces son los siguientes: https://bwlnk.com/9789878999340 y https://play.google.com/store/books/details?id=m7XXEAAAQBAJ&gl=es . El libro impreso tiene un mayor costo y solamente podría adquirirse por encargo. Debemos capitalizar las tecnologías para conocer(nos) y visibilizar el trabajo de quienes estamos empezando a escribir y construir ideas colectivamente, porque ningún proyecto se hace (justamente) en soledad, sino con redes sociales y un tejido que puede estar por fuera de nuestras casas y con el que conectamos con el mundo interior”.

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