Bueno, ahora que el tren volvió a parar en La Paternal ya no soñamos con viajes imaginarios, o con recuerdos de idas y vueltas del pasado. Podemos ir, sacar un boleto de ida o ida y vuelta, ascender a los andenes, ver el cielo gigante, unos tremendos atardeceres. Ahora que volvimos a tener la posibilidad de volver al tren en La Paternal los invito a viajar un poco en el San Martín de hace trece años atrás
Por Ezequiel Semo
En el año 2009 comencé a trabajar un proyecto artístico, aún en proceso, al que llamé “¿Usted es ferroviario?“. Consiste en localizar y documentar por medio de notas y fotografías a ferroviarios que hayan trabajado en la empresa estatal FERROCARRILES ARGENTINOS, desmantelada en el año 1993. A los que aún seguían trabajando los ubicaba, iba hasta su lugar de trabajo, recopilaba sus memorias y les tomaba algunas fotos: retratos, posando solos o con sus compañeros. En el caso del San Martín estuve en distintas dependencias de las estaciones Retiro, Palermo, Sáenz Peña, Sol y Verde y José C. Paz.
Un día de otoño, en la covacha de guardas de la estación Retiro, finalicé una jornada de fotos. Mientras charlaba con algunos guardas ingresa Víctor David Sarmiento, un joven guarda que no había trabajado en F.A. Charlamos. Se interesa por el proyecto, le cuento además de mi investigación sobre los uniformes ferroviarios, el Archivo Textil Ferroviario, y me cuenta que recién, viniendo con su tren a cargo a Retiro, entre la estación Bella Vista y W. C. Morris, justo pasando el puente del Camino del Buen Ayre y estando en el estribo del mismo, el viento hizo un remolino y le hizo volar su gorra. Me dice que la misma debe haber quedado ahí, tirada en el lugar. Le pregunto si puedo ir a buscarla, o si él pensaba rescatarla y me responde que no, que vaya tranquilo, que la empresa la repone. Como decía mi abuela “ni lerdo ni perezoso”, tomé el tren hacía Pilar. Desciendo en Morris. Salgo del cuadro de la estación, camino en dirección a Bella Vista por el terraplén. Avanzo unos cientos de metros, empiezo a ver el camino del Buen Ayre que cruza al Ferrocarril por arriba. Me voy acercando al puente, la vía en este punto está elevada. Sigo caminando y esa incomodidad de pisar sobre las piedras del balasto. Voy mirando con atención hacia la zanja que acompaña y que está en la base del terraplén. La zona es bastante agreste. Sigo caminando hacia el puente y la encuentro…¡Ahí está!, dada vuelta. Bajo con cuidado el terraplén y la levanto, está impecable, ni una manchita. Excitado y contento, vuelvo sobre mis pasos hacia Morris. Ingreso a la estación. Desde el andén y esperando el tren que me llevará a La Paternal, llamo a mi amiga Sol Papalagos para contarle la anécdota. Ella además era quien me prestó la cámara SONY de bolsillo para este proyecto de documentación de ferroviarios.
La gorra, o quepi, pertenece a la Administración Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia.*
Estéticamente es igual a las gorras o quepis que proveía METROPOLITANO (1994 – 2004), salvo por el logo oficial, que antes era una insignia de chapa que se agregaba con la leyenda “METROPOLITANO” y en esta una impresión en serigrafía con la leyenda “LSM Línea San Martín”. También hemos visto algunas con el logo bordado en azul. Si bien esta pieza no está dentro del recorte de la colección del Archivo Textil Ferroviario, que abarca el período 1948-1993, es interesante compartirla por la anécdota del hallazgo y porque además suma el siguiente detalle que si nos señala a la colección en cuestión: Hasta 1993 la empresa estatal proveía a los guarda trenes de unas gorras con una determinada estructura y estética, totalmente diferente a la de METROPOLITANO o LSM. Las mismas contaban con el barboquejo ajustable que iba agarrado a la gorra mediante un botón en cada lateral. Este componente es un detalle muy característico de esas gorras y que tenía una única función práctica: la de ajustarse a la pera del trabajador, quedando aferrada a la cabeza. En general, por testimonios orales, sabemos que la mayoría de los guardas no lo usaba siendo muy común que el viento volara las gorras cuando el guarda salía por algún motivo al estribo del tren sin tomar la precaución de sostenerla, presionando el plato, con su mano, a la cabeza.
La gorra que el viento se llevó y el archivo recuperó.
Víctor David Sarmiento ingresó al Ferrocarril San Martín el 1° de febrero del 2002 como peón de limpieza, aún con la administración de METROPOLITANO. Trabajó en Palermo, en las cuadrillas de desmalezamiento y al año de ingresar estuvo como peón de limpieza en la estación La Paternal, recuerda al boletero Sergio González y al jefe Blas Pérez. Asciende a banderillero trabajando en el Paso A Nivel Piñero (José C. Paz). En 2005, ya como guarda barrera, rinde los exámenes para guarda, tren y en diciembre de 2021 toma la vacante de inspector de guardas. Víctor Hugo, su padre, trabajó un tiempo como guarda en el San Martín, además es sobrino del mítico guarda tren Hector “El Manso” Sarmiento. Desde sus catorce años creció escuchando a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, música que lo acompaña y que forma parte de su identidad.
* UGOFE LSM. Cuando se le revocó la concesión, por un decreto del Poder Ejecutivo, a Metropolitano en el año 2004, el Ferrocarril San Martín pasa a ser administrado por las empresas Trenes de Buenos Aires-TBA-, Ferrovías y Metrovías, responsables a nivel operativo junto con el estado nacional como encargado de pagar los salarios al personal. Una suerte de estatización a medias.
Agradecimiento: Martin M. Ascarza, Víctor David Sarmiento, Porfirio Fernández.
Ezequiel Semo es artista visual, investigador. Accionó quince años en el proyecto artístico ABTE – Agrupación Boletos Tipo Edmondson -. Es fundador del Archivo Textil Ferroviario. Lo encuentran en las redes: Ezequiel Semo en Facebook e Instagram y No demuelan la estación La paternal en FB. Contacto: ezequielsemo@claudio
Foto de portada: Vemos la gorra rescatada y mencionada y en la vista de Google Maps, con X el sitio del encuentro
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