Por Manuel Germano. Publicada en Ociopatas.com
Mara se acerca a una caja iluminada ubicada en el centro del escenario del teatro Opera. Un haz de luz la guía. Tras caerse dentro de ella comienza su viaje a través del tiempo y el espacio. Junto a ella, el público se vuelve testigo de la experiencia que propone “La caja mágica”, el espectáculo con el cual Disney festeja sus cien años.
El show, que estrenó a nivel mundial en Buenos Aires, tendrá una temporada de tres meses y luego comenzará su gira internacional. Producido por Felipe Gamba Paredes, en asociación con Fever y RGB, rinde homenaje a los creadores de Disney y su universo cargado de imaginación desde sus comienzos hasta la fecha. Un gran despliegue técnico, una orquesta en vivo de doce músicos y un equipo de veintiséis sólidos artistas sobre el escenario son el trinomio perfecto de esta travesía.
El mundo adulto muchas veces limita la imaginación, o hace que las personas se olviden de los sueños de la infancia. Disney estuvo presente en la niñez de los adultos de hoy, así como lo está en la de los niños y adolescentes en el presente. Enumerar la infinidad de películas, temas musicales y elementos que componen su universo deviene en una tarea tediosa e innecesaria.
En cambio, el espectáculo, que cuenta con la dirección musical de Isaac Saúl, las coreografías de Lynne Kurdziel Formato y la dirección general de Thaddeus McWhinnie Phillips, recorre la aventura que emprende Mara (Lujan Blaksley) hacia su su niñez, en la cual atraviesa un sinfín de emociones. Las coreografías grupales, la presencia de los personajes clásicos de la compañía a través de títeres y las decenas de canciones interpretadas en medleys, son aciertos de una idea que logra plasmarse de forma tal que el espectáculo resulta tan novedoso como “deconstruido” para chicos y grandes.
No estamos en presencia de un show predecible que recorre cronológicamente los éxitos de Disney, ni tampoco son cuadros aislados donde cada artista tiene números a cargo para lucirse. Tampoco se sobrexplica lo que acontece, el guion no relata un cuento clásico. El foco está puesto en contar el viaje de Mara de forma original, sorpresiva, que responde a las emociones que transita el personaje. La caja se abre y es como si la vida misma transcurriera, conocerá personas, se topará con seres alegres, otros un tanto oscuros, disfrutará, se le presentarán desafíos y un largo camino por el cual caminará acompañada por los pintorescos personajes Disney que habitan la caja y emergen de ella. Todo funciona como una especie de cumpleaños en el donde están invitados desde Mickey hasta los personajes de “La bella y la bestia”, personajes de las películas de la compañía, proyecciones en blanco y negro, y los hits musicales de todos los tiempos, desde “El baile de los esqueletos” (1929) hasta “Wish” (2024).
“La caja mágica” es un show «for export» no hay duda de eso, con una factura técnico – artística de primer nivel que logra el disfrute de los más chicos y la sorpresa de los grandes. Todos se entretienen por igual en esta aventura musical más que recomendable.
Muy buena.
Ficha técnico – artística e información del show acá
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