Docente, catequista y contador, este vecino del barrio del laberinto quedó viudo en 2017 de la mujer con quien compartió 40 años y tras ello comenzó a escribir, profundizando esta actividad durante la pandemia de COVID-19. Actualmente tiene 3 libros publicados y lleva adelante el espacio “Letras Solidarias Argentina”. Jorge recorre la Argentina distribuyendo sus libros y donando lo recaudado por sus ventas para fines solidarios (Nota Publicada en periódico “Voces de la Comuna 15” de junio 2023)
En una soleada mañana del mes de mayo, nos reunimos con Jorge Andreetta en un típico restaurant de Los Incas y Triunvirato para esta entrevista, que se originó tras su contacto con este periódico vía Whatsapp. En entrevistado tiene 68 años y se define como un “abuelo jubilado”, pero tiene una vida muy activa y la solidaridad es su motor. Padre de 3 hijas, quedó viudo en 2017 de la mujer con quien compartió 40 años de su vida, que era una enamorada de los libros. Tras ello, Jorge, comenzó a dedicarse a la escritura, por la cual siempre había simpatizado y tenido talento. Con el comienzo de la pandemia de coronavirus, el entrevistado intensificó su trabajo llegando a publicar 3 libros (Emociones I, Emociones II y Emociones en Poesías). En realidad empezó durante el encierro escribiendo a grupos de amigos: ex compañeros de colegio, jubilados, gente de la parroquia, vecinos, entre otros; llegando a un total de ocho grupos. Les escribía dos veces a la semana, enviándoles poesías, anécdotas o cuentos. Como sus escritos gustaban, se le pidió que publicara un libro y así fue como comenzó la idea del proyecto solidario que actualmente Jorge lleva adelante. Su primer libro publicado fue “Emociones I” (2021), que llegó a tener una segunda edición. Lo recaudado con sus ventas fue para un hogar de niños de Villa Martelli. Aparte tiene otras 6 publicaciones proyectadas. Fundó “Letras Solidarias Argentina” y tiene colaboradores en distintos puntos de la Argentina, la cual está recorriendo distribuyendo sus libros y donando lo recaudado por sus ventas para fines solidarios.
Aquí reproducimos parte de la entrevista realizada:
-Sos vecino de Parque Chas, contanos tu historia en el barrio para comenzar y algo de tu historia personal, contando como nació tu relación con la escritura…
-“Nací en Parque Chas, en Bauness y Llerena. Vivía muy cerca del club S.A.B.E.R. pero mi viejo fue presidente del club Agronomía Central. En esa época no se llamaba Parque Chas el barrio, sino que era Villa Ortúzar y teníamos una murga con los chicos del barrio. Cuando tenía 7 años nos mudamos a Villa Pueyrredón y cuando me casé me fui a vivir a San Martín, a Villa Maipú. En realidad yo en mi vida me dediqué más bien a los números. Fui contador, trabajé en empresas petroleras, estuve más de 40 años trabajando en la industria y me jubilé como gerente de Petrobras, cuando ya estaba en la Argentina. Al haber tenido una formación parroquial dentro de la Parroquia del Carmen, en Urquiza; es como que tal vez cuando escribía, lo hacía de forma un poco más profunda. En mis trabajos me hacían escribir cuando surgía alguna ocasión para hacerlo porque escribía cosas lindas. Yo me quedé viudo en 2017 y en ese momento tenía una hija en España, otra que vivía con su pareja y otra que vivía conmigo. Cuando arrancó la pandemia, como la que vivía conmigo era trabajadora esencial en una farmacia, me quedaba casi todo el día solo. Pensé qué podía hacer y tuve la idea de comenzar a escribir. Empecé escribiendo para un grupo del barrio, luego para un grupo de una parroquia, de un secundario, de personas mayores, así terminé escribiendo para 8 grupos. Escribía de lunes a viernes y los sábados y domingos preparaba material. Escribía cuentos, poesías, anécdotas, historias. Llegué a mi entrega número 100 y la gente me decía que hiciera algún libro. Yo les decía que yo no era un escritor. Para mí el escribir es algo que la vida me regaló en forma gratuita, como un don. Propuse hacer algo: yo donaba el contenido del libro, financiaba el 50% de la impresión y el otro 50% me ayudaban las instituciones. Hicimos 500 libros que se vendieron, hicimos una segunda tirada de 300 libros más y con eso se compró un desfibrilador para el barrio de Villa Maipú para un centro de salud chiquito que se estaba poniendo en valor”.
-¿Cómo y cuándo se creó “Letras Solidarias Argentina”? Mencioná algunas de las donaciones realizadas…
-“Lo que vino después se hizo con los recursos propios de lo que hemos creado: un espacio que se llama Letras Solidarias Argentina. Nació en noviembre de 2021, ya habían salido mis 2 primeros libros. Mi segundo libro lo doné a la Fundación Pimpinela, que tiene un hogar de niños judicializados en Villa Martelli. A través de la lectura buscamos generar eventos culturales y solidarios. Se me ocurrió también una idea de escribir un libro sobre las 24 capitales provinciales, pero con un contenido distinto. Recorriendo calles, poniéndome en contacto con la gente y separando en 3 bloques: por una parte lo histórico –que es lo que se puede encontrar buscando en Google-, por otra cómo percibí yo la ciudad y por otra mediante el contacto con la gente de la ciudad. Fui a Paraná y tuve mucho éxito, participé en un programa radial llamado “Emociones en Letras”, dentro de un micro de media hora de poesías. Visitamos merenderos de Paraná, que tiene 126 merenderos. Eso fue muy fuerte para mí y me abrió la cabeza. Trabajé en el Hospital San Roque de Paraná y vi que algo hacía falta. En los lugares donde están internados los chiquitos faltaban lápices para que puedan pintar. Iniciamos una campaña de lápices con los colegios de Villa Urquiza (religiosos y privados laicos) y juntamos más de 13.000 lápices para donar. Íbamos a llevarlos a los hospitales Garrahan y al Gutiérrez, pero pensamos que quizás era mejor llevarlos distribuidos a los hospitales de niños de las 24 capitales provinciales. Me empecé a meter en grupos de Facebook y recibí ayuda de todos lados. Yo tengo mi auto y estoy en condiciones de recorrer porque tengo tiempo libre, pero la ayuda siempre es bienvenida y sirve para expandir el proyecto. Hoy en día tenemos incluso para ofrecer a los chicos de las provincias anteojos gratis, ya que tenemos el apoyo de una óptica. También lo tuvimos de una editorial. Ya hay 8 provincias donde tenemos referentes. Hay contactos que tengo desde mis tiempos laborales y otros que fui generando. No somos una fundación ni ONG, no tenemos personería jurídica, CUIT ni CUIL, no manejamos dinero. Todo lo que hacemos son donaciones. Tuve también el apoyo de una empresa de encomiendas, me llevaron libros a Curuzú Cuatiá (provincia de Corrientes), sin cobrármelo. En uno de mis libros hay publicaciones de poesías de personas a quienes conocí a través de mi proyecto que nunca habían publicado nada, lo cual fue muy gratificante para mí y para ellos. Ayudamos también a la ciudad de Esquina (Corrientes) cuando hubo incendios en la provincia, llevando 200 litros de agua a través de bomberos voluntarios y brigadistas de Paraná, que acercaron las donaciones”.
-¿Qué proyectos tienen desde el espacio para el futuro?
-“Vamos a hacer firmar cartas por los hospitales de niños de todo el país y enviar al Ministerio de Educación de la Nación, para que se haga la semana del lápiz y que los reciban en los hospitales de niños de todas las provincias argentinas. Los proyectos son infinitos y tengo proyectadas otras 6 publicaciones. Todo lo que escribo tiene que ver con historias, ya sea mías o de amigos o conocidos. Hay una poesía dedicada a la esquina de Bauness y Llerena, también escribí sobre la historia de las 40 calles de Villa Maipú. Escribí “Emociones en guardapolvo blanco”, que son historias de docentes que trabajaron en villas. Otro de mis escritos fue una ayuda a mi mecánico, que corre carreras de rally por las distintas provincias y aprovechamos para contar esas historias. Desde este espacio estamos trabajando en los 4 puntos cardinales del país, recorrimos casi todas las jurisdicciones argentinas colaborando, sólo nos queda llegar a Misiones y Formosa en el noreste y Santa Cruz y Tierra del Fuego en el sur. Más adelante tenemos la idea de llevar lápices a los hospitales de niños de Montevideo, Asunción, La Paz, Santiago de Chile, de alguna ciudad del sur de Brasil, y si se puede seguir con el resto de Sudamérica. La frutilla del postre sería poder llevar cajas de lápices al hospital de niños de las Malvinas. Yo solo ya no doy abasto, pero por suerte cuento con la ayuda de mucha gente. “Letras Solidarias Argentina” es un proyecto solidario, cultural, federal, que me contacta socialmente con un montón de gente y es algo muy motivador y gratificante”.
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