Por Manuel Germano

Titulo: “Creed III”. Dirección: Michael B. Jordan. Elenco: Michael B. Jordan, Tessa Thompso, Jonathan Majors, Wood Harris, Florian Munteanu, Mila Kent, Phylicia Rashad.  Guion:  Keenan Coogler, Zach Baylin. Fotografía: Kramer Morgenthau Música: Joseph Shirley. Duración: 116 minutos. Estreno 2 de marzo en salas. Apta para todo público.

Tras las primeras dos películas de esta franquicia (Creed, 2015, Creed II, 2018), Michael B. Jordan se coloca en el doble rol de protagonista y director para relatar la continuación de esta historia que no defrauda a sus seguidores, pero que tampoco aporta ninguna novedad ni logra destacarse en relación a sus anteriores entregas.

Adonis Creed, consagrado a nivel mundial en el ring, decide retirarse del mismo y se coloca como cara visible de un gimnasio que prepara a futuros campeones de boxeo, mientras se dedica a pasar tiempo con su familia. El presente que tanto disfruta Adonis se ve modificado por la llegada de Damian Anderson (Jonathan Majors), un antiguo amigo que reaparece después de 20 años. Un hecho en el cual ambos se vieron involucrados resurge en los recuerdos de Adonis, el pasado se hace presente con todo lo que eso implica para él: Remordimiento, culpa y secretos guardados que salen a la luz. Damian Anderson, quien en el pasado era una promesa del boxeo, está decidido a retomar su carrera y convertirse en lo que siempre soñó.

La película gira en torno a este encuentro y la relación que se reconstruye entre ambos, por un lado está presente esa intensa amistad que dejó de ser, por otro, el ahora, dos adultos que en el pasado compartieron raíces pero que hoy son personas con recorridos totalmente diferentes y objetivos que no son compartidos.

Michael B. Jordan, en su debut como director, ejecuta una película que encuentra su punto fuerte en las escenas de acción, en las cuales los personajes se ubican arriba del cuadrilátero. En relación a lo que sucede debajo del mismo, con los personajes, su pasado y la relación entre ellos, el film se vuelve predecible, con decisiones desde el guión demasiado forzadas y que recurre a narrativas demasiado utilizadas en este tipo de películas. Es en ese sentido que no hay novedad en “Creed III”, la cual, en relación a sus anteriores entregas, se vuelve por momentos repetitiva.

El trabajo de Jonathan Majors (“Da 5 Bloods”, “Lovecraft Country”) eleva el nivel del elenco, su composición resulta creíble y le aporta a su personaje un arco dramático que se sostiene durante la película.

“Creed III” cruza lo emotivo con el ring y es allí donde encuentra sus fortalezas y también debilidades. Para los adeptos a este tipo de historias, el film logra momentos entretenidos, con escenas de boxeo bien ejecutadas, que apelan a sensaciones e ideas previsibles pero a la vez efectivas de “victoria” y “derrota”, tanto en términos deportivos como personales en relación a los personajes.

Opinión: Buena

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