Fuente: Diario Popular

Link a nota original: https://www.diariopopular.com.ar/general/dia-la-tradicion-un-homenaje-al-gaucho-argentino-n753918

El Día de la Tradición en la Argentina se celebra todos los 10 de noviembre en honor a José Hernández, autor de “El Gaucho Martín Fierro”, quien es considerado como una de las figuras más representativas de nuestra cultura nacional, dado que a través de su escritura inmortalizó la vida del gaucho. El escritor y periodista, una gran figura literaria del siglo XIX, nació el 10 de noviembre de 1834, por lo que dicho día fue elegido en 1939 para rendirle homenaje y para celebrar las distintas tradiciones gauchescas que tenemos en el país.

Como destaca la Sigen (Sindicatura General de la Nación), “el protagonista de este poema épico es la figura más popular y significativa de la tradición gauchesca”. El libro, publicado por primera vez en distintos folletines en 1872, “relata en primera persona la historia de este personaje entrañable y es, al mismo tiempo, una representación respetuosa de los hábitos, costumbres, valores y experiencias de vida de los gauchos que habitaron nuestras tierras”, resume el organismo al señalar las causas que motivaron la instauración del Día de la Tradición.

Como se mencionó anteriormente, dicho día fue instituido en 1939 a partir de la ley 4576/39, la cual se originó en el Senado de la Nación con la autoría de Edgardo J. Miguenz y Atilio Roncoroni, y tuvo aprobación unánime en ambas cámaras, como recuerda el Suteba (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires).

La propuesta databa de algunos años atrás, en 1937, cuando el poeta Francisco Timpone la elaboró en la noche del 13 de diciembre de 1937, en una reunión de la Agrupación llamada Bases, institución que homenajeaba a Juan Bautista Alberdi y que tenía su sede en La Plata, provincia de Buenos Aires.

Diez películas gauchescas para disfrutar en el Día de la Tradición

“Nobleza gaucha” (1915)

La película dura una hora y es considerada como la primera industrial del cine nacional. Se rodó -y estrenó- durante la Primera Guerra Mundial, cuando resurgía un nuevo espíritu nacionalista, poco antes de la llegada de Hipólito Yrigoyen al poder y convertirse en el primer mandatario surgido del voto universal. Fue dirigida por Humberto Cairo, en colaboración con Eduardo Martínez de la Pera y Ernesto Gunche, con un costo de 20.000 pesos y estrenada en 25 salas.

“Flor de durazno” (1917)

Lo principal de Flor de durazno, dirigida por Francisco Defilippis Novoa, es que su elenco está encabezado por un Carlos Gardel muy joven y con algunos kilos de más de la figura que década y media después luciría en sus clásicos estadounidenses, un “zorzal” que no canta por el cine todavía era silencioso, acompañado por un piano en vivo, eco musical de una trama romántica.

“La Guerra Gaucha” (1942)

La producción de Artistas Argentinos Asociados, el sello conformado por actores y cineastas locales con el modelo de la United Artist hollywoodense, tenía planeado llevar a la pantalla la obra de Leopoldo Lugones desde su nacimiento. Finalmente, con la ayuda de Estudios San Miguel, logró concretarlo con la mayor inversión recordada, que implicaba la participación de más de 1000 extras, la dirección de Lucas Demare, del guion de Homero Manzi y Ulises Petir de Murat.

“Martín Fierro” (1968)

Dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, es una brillante adaptación del poema épico de José Hernández. que se destaca por su brillante dirección y en especial la composición de Alfredo Alcón, junto a un elenco que incluye a Lautaro Murúa (como Cruz), Leonardo Favio y Walter Vidarte (como los hijos), y Graciela Borges (como La Cautiva), además de Sergio Renán y Flora Steinberg, entre otros.

“Don Segundo Sombra” (1969)

Manuel Antín, un año después que Leopoldo Torre Nilsson, encaró la pieza literaria de Ricardo Güiraldes, el escritor que en la década del 20 y proveniente de la aristicracia porteña encaró la literatura gauchesca desde una perspectiva intelectual, convocando a Adolfo Güiraldes como coguonista, sobrino del escritor que publico su libro para el papel principal, a quien acompañaría Luis Medina Castro, Soledad Silveyra, Juan Carlos Gené, Héctor Alterio, Alejandra Boero y Lito Cruz.

“Juan Moreira” (1973)

Es una de las varias obras cumbre de Leonardo Favio que se convirtió en un hito del cine argentino. La historia está basada en Juan Moreira, un personaje mítico, un gaucho que comienza el relato rebelándose contra las injusticias y la opresión en la Argentina del siglo XIX pero termina involucrándose en cuestiones que, inexorablemente, lo llevarán a la muerte.

“La vuelta de Martín Fierro” (1974)

El filme de Enrique Dawi y protagonizado por Horacio Guarany, muestra al Hernández del exilio, el que comienza a escribir su poema. Mientras lo va desplegando, vive su vida, y se lo ve sufriendo igual que su creador, dejando de lado a Cruz, el viejo Vizcacha o sus mismos hijos.

“Martín Fierro, el Ave Solitaria” (2006)

Fue un sueño de Gerardo Vallejo, el cineasta formado en el grupo Cine Liberación junto a Fernando Solanas y Octavio Getino, que, una vez instalado en San Luis durante el boom de la producción de San Luis Cine, emprendió esta aventura protagonizada por Juan Palomino, Oscar Di Sisto y Norma Argentina, entre más.

“Martín Fierro: La Película” (2007)

Esta vez le llegó el turno a la animación, según los bocetos de Roberto Fontanarrosa, un trabajo que lleva la firma de Norman Ruiz y Liliana Romero, una dupla caracteriza por su gran creatividad. Es un logro en el mundo del género en la Argentina, que rinde homenaje a un clásico literario y a la cultura gauchesca.

“Aballay, el Hombre sin Miedo” (2010)

Parece el Lejano Oeste, pero no lo es. El paisaje es de Tucumán, donde después de matar a un hombre durante el asalto a una diligencia, la mirada de Aballay, el personaje de marras, se cruza con la de un niño, el hijo de la víctima, y algo se quiebra en su interior: el criminal toma la decisión de purgar su alma como los estilitas penitentes, montando su caballo para no bajar nunca hasta convertirse en santo pagano para la gente del pueblo, pero no logra olvidar la mirada del pequeño.

Loading