Usina de Justicia inició el 6/5 una campaña para impulsar un nuevo Régimen Penal Juvenil que baje la edad de imputabilidad y sancione a los criminales adolescentes.
Quienes se oponen a bajar la edad de imputabilidad argumentan que son pocos los menores que cometen homicidios. Y es cierto. Tan cierto como que las víctimas que claman Justicia son más que un número; y tan cierto como el hecho de que la mayoría de los asesinos son jóvenes que apenas superan los 18 años, y que las carreras criminales, iniciadas durante la minoría de edad, se estrenan con delitos contra la propiedad, donde la Argentina ostenta un lamentable récord: es el país del continente americano con la tasa más alta de robos, conforme los datos del Observatorio Interamericano de Seguridad de la OEA.
En la Ciudad de Buenos Aires, año tras año aumenta la delincuencia juvenil en edades cada vez más tempranas: en 2023, hubo un 36% más de niños de hasta 12 años de edad, y un 11% más de jóvenes entre 13 a 15 años que cometieron delitos, respecto al año 2022, según se desprende de los Informes de la Justicia Nacional de Menores de la Base de Datos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En la provincia de Buenos Aires, la participación de menores de edad en homicidios dolosos aumentó un 6% en el año 2024, según los Informes 2023/ 2024 del Ministerio Público Fiscal provincial.
Estos resultados, y los que no figuran en las escasas estadísticas oficiales en la materia, son fruto de décadas de abolicionismo penal, responsable del incremento de la delincuencia en todas las edades a través de sus obvias consecuencias: la impunidad del infractor que, en todo lugar y en cualquier tiempo, estimula y multiplica el crimen.
Los criminales adolescentes no deben estar solos ni sueltos. La sanción penal, junto a la contención social y afectiva, es parte del “derecho” a la resocialización que tanto pregonan los abolicionistas. “Derecho” que no puede garantizarse cuando, bajo el pretexto de protegerlos de los peligros del encierro, se deja a estos delincuentes librados a su suerte, devolviéndolos a los mismos entornos que gestaron su violencia y enseñaron su impunidad.
Los crímenes de menores no son travesuras. Son acciones que destruyen el tejido social y provocan daños irreparables.
Necesitamos un nuevo Régimen Penal Juvenil que baje la edad de imputabilidad-actualmente establecida en 16 años-y que, sobre todo, asegure oportunamente el castigo y la reeducación de los menores que delinquen
Usina de Justicia es una Asociación Civil que acompaña a las víctimas de homicidios y femicidios, y defiende a todas las víctimas de inseguridad a través de sus propuestas y acciones colectivas.