Por Carla Florencia González

Este tema parece ser hoy la solución que necesita la población argentina, pero ¿Qué pasaría si les dijera que en los ´70 no existía una edad límite para imputabilidad y eso no había resuelto los niveles de delincuencia?

Como venimos viendo a lo largo de estos artículos, el derecho penal o la pena en sí, no cumple otra función que sesear la violencia que genera la sensación de injusticia en los ciudadanos.

Ya tenemos el ejemplo más reciente, luego de la condena pública al grupo de rugbiers, se ha cometido el mismo delito el verano siguiente, donde dos jóvenes nuevamente son asesinados en las mismas condiciones por otro grupo de jóvenes. Nuevamente queda expuesto que la pena, nada resuelve, solo imparte una pena publica, demostrando su poder de manera pública.

¿Que quiere decir esto? Como siempre lo manifiesto a quienes nos especializamos en penal, nos dejan muy claro que el poder punitivo, no evita que se cometan delitos, no los disminuye y mucho menos repara o inserta ciudadanos. La única finalidad del derecho penal es justificar la presencia de un órgano que regule los castigos y las venganzas, ya que no se permite la represalia por mano propia, y bien por ello, porque la violencia es parte de la sociedad y estaríamos en el mismo campo de batalla de décadas atrás.

Entonces volviendo a la baja de imputabilidad, no es más que un discurso que alivia a algunas personas. Se venden ilusiones de solución, y a nivel inconsciente opera como un alivio a la necesidad que tiene el pueblo de tranquilidad o seguridad.

En primer término, no es cierto que no se penalice a los menores. Esto es una falta de información general que se arrastra gobierno tras gobierno. Si un “menor” mata, va a un “reformatorio”, esto es así desde el inicio del sistema penal en nuestra legislación, solo que no puede hacerse público atento el “menor” tiene derechos que resguardan la difusión pública de sus actos, y sus condenas por consecuencia.

El proceso al que se somete es similar al de mayor de edad y el “reformatorio”, pese a llamarse así, es un sistema similar al de la cárcel. Con exactamente el mismo resultado real “el encierro temporal de una persona”, sin insertarla, sin “reformarla, sin resolver.

Que intento hacerles llegar con esta breve explicación. Que nada va a modificarse para mejor por la existencia de la baja de imputabilidad. Tendremos delincuentes con técnicas perfeccionadas, a menor edad; tendremos sobre población de detenidos y más demoras en las resoluciones. Por lo tanto, nada mejora.

Aunque se a desalentador leer estas líneas, es una realidad que inmediatamente podrá verse reflejada en las consecuencias. No logra esta medida bajar el nivel de delincuencia, no disminuirán delitos causados por menores o mayores. Solo se juzgara a mayor cantidad de ciudadanos.

Los verdaderos cambios sociales, no son los que llegan luego de los hechos. Como lo hace el poder punitivo. Los cambios se dan en “políticas de prevención”. No hay ninguna política de prevención delictiva propuesta en Congreso, hace décadas, y esto resulta porque no es conveniente cambien nada para quienes juegan al negocio político.

El miedo sobre la población es el factor más poderoso que se requiere desde los inicios de la civilización y el más antiguo que se aplica.

Entonces ¿Qué mejor que la población se tenga miedo entre sí,? “delincuentes contra no delincuentes”, “armados contra no armados”; “pobres contra ricos” y que mejor que el miedo al “castigo”, que pueda dar el ESTADO como poder punitivo.

Estas son las dos técnicas de control más antiguas para sustentar poder. El miedo y la necesidad de un justiciero que imponga penas y castigos al cual también le teman los ciudadanos.

Si existieran políticas de prevención, muchos de los niños que hoy aprenden a cargar un arma a los 7 años, aprenderían a leer a la misma edad y como sabemos para el poder es más riesgosa la lectura que un arma. …-Michel Foucault decía que el poder y el saber están relacionados y se producen mutuamente…- El saber del pueblo, el conocimiento, el cuestionamiento son riesgosos para el poder.

Por lo tanto mientras se necesite el poder y el control en la sociedad se continuara el circo del castigo, por siglos. Sin resolver la sobrepoblación de delincuencia.

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