El Senado de la Nación transformó en la madrugada de este miércoles en ley la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que legaliza el aborto en el país por decisión de la mujer hasta la semana 14. Fuente: Télam
El Senado convirtió este miércoles en ley la legalización
del aborto, en una histórica sesión que fue
seguida por miles de manifestantes y colectivos de mujeres de todo el país y en la
cual también se sancionó el Plan de los 1000 días de cuidado integral de la
salud durante el embarazo y la primera infancia.
Con los apoyos de senadores oficialistas y opositores, el proyecto sobre el
aborto se transformó en ley en una votación crucial que deja al Gobierno con una de sus promesas de campaña saldadas en el cierre
de su primer año de gestión y una victoria legislativa de cara al ciclo
electoral que se avecina.
El “sí” a la
legalización del aborto (mediante el proyecto de Interrupción Voluntaria del
Embarazo) hasta la semana 14 de gestación se impuso por 38 votos afirmativos y
29 negativos y una abstención, tras un acuerdo alcanzado con
algunos senadores indefinidos para retoques en el texto al momento de la
promulgación, en una sesión que comenzó el martes y se extendió durante 12
horas.
Así, la Cámara tradicionalmente más conservadora del Congreso, que frenó hace
dos años la misma iniciativa por 38 votos contra 31, logró esta vez darle luz
verde a una ley que prioriza el
derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo por sobre las objeciones basadas
en los preceptos constitucionales de defensa de la vida desde la concepción.
El suspenso sobre el resultado se mantuvo en el Senado
hasta el último minuto y la opción por el “sí” al aborto se definió
finalmente con el anuncio del oficialismo de que se vetaría parcialmente un
artículo cuya interpretación sobre la alternativa del aborto después de la
semana 14 de gestación era muy amplio.
El respaldo de los senadores del Juntos Somos Río Negro, Alberto Weretilneck, y los del Frente de Todos Eduardo Kueider y Sergio Leavy, así como el de
la neuquina opositora Lucila Crexell, fue
decisivo para consolidar el aval a la propuesta del Gobierno.
Tras la sanción de la norma sobre el aborto, el Senado
aprobó por unanimidad el proyecto de Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud
durante el Embarazo y la Primera Infancia,
conocido también como el Plan de los 1.000 días.
La nueva ley de aborto, llevada al Congreso por el Gobierno de Alberto
Fernández en línea con una de sus promesas de campaña, deja atrás una
legislación de 99 años que castigaba con cuatro años de cárcel a las mujeres
que abortaban y sólo permitía la interrupción de los embarazos en casos de
violación o de peligro de vida para la persona gestante.
Ahora, con la flamante normativa lograda tras al menos seis envíos fallidos de
proyectos de ley similares en los últimos 15 años, las mujeres podrán
interrumpir un embarazo sin temor de ir a prisión hasta la semana 14 y el
sistema de salud público deberá garantizar la cobertura de la intervención de
manera gratuita.
La intervención del papa Francisco, en la
previa de la sesión, con un tuit en favor de “las dos vidas”, y la
apelación a la inconstitucionalidad, no logró consolidar el voto de los
detractores de la legalización, que anunciaron que llevarían su demanda a la
Justicia.
El resultado en favor del fin de la despenalización y la
legalización del aborto fue festejado en la calle por los partidarios
“verdes”, en su mayoría mujeres y jóvenes que siguieron el minuto
a minuto de la sesión en las afueras del Palacio Legislativo.
La indefinición de algunos senadores que mantuvieron en reserva su posición
hasta el último minuto hicieron que esta sesión sea una de las que mayores
expectativas concitó no sólo en la opinión pública argentina sino en países de
habla hispana.
Suspenso
hasta el último minuto
Pocas leyes como esta -con excepción de la referida a la resolución 125 de
retenciones para el campo, en 2008- llegaron al recinto con un resultado tan
incierto y una paridad tal que hasta se especuló con que la vicepresidenta y
presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, podría llegar a tener
que desempatar.
La transversalidad de la medida, que atravesó a las dos principales fuerzas
políticas del país pero en general a toda la sociedad, transformó a esta norma
en una de las pocas que logró trascender la llamada “grieta” que
divide a los argentinos entre el peronismo y el antiperonismo.
Tanto en el debate de 2018 como en el de este año,
legisladores del Frente de Todos festejando con sus acérrimos rivales de Juntos
por el Cambio y, al mismo tiempo, los detractores del aborto, de bancadas
opuestas, aunando esfuerzos para frenar la ley, fueron el rasgo atípico que
marcó la discusión sobre el aborto desde sus comienzos.
Entre los partidarios del “no” en el Senado, la mayoría fueron
miembros de la coalición Juntos por el Cambio. De los 29 votos en contra, 17
fueron de opositores y 16 del Frente de Todos mientras que entre los
denominados “verdes” 26 fueron del FdT y sólo 11 de JxC.
La posición de Cristina Kirchner fue de decidida acción en pos de facilitar el
debate en la Cámara que preside, tanto en comisiones como en el recinto y, al
mismo tiempo, dar libertad de acción a sus legisladores al punto de que su
propio jefe de bloque bregó por el “no”.
La propia Cristina Kirchner aseguró en 2018 cuando finalmente la ley fue archivada
por el Senado que quien la hizo cambiar de posición no fue su hija Florencia
como se afirmaba entonces sino “las miles y miles de mujeres que se
volcaron a las calles”.
El líder de la coalición opositora, Mauricio Macri, promovió el debate en 2018 pese a estar en contra pero se mantuvo esta vez al margen de la discusión, en sintonía con el argumento de los “celestes” que aseguraban que era inoportuno este debate en medio de la pandemia de coronavirus.
Al igual que durante la sesión de la Cámara de Diputados, que votó a favor por 131 contra 117, la sesión del Senado fue seguida desde los palcos por diversas personalidades de la política y del gabinete como los ministros de Salud, Ginés González García y de Mujeres y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta; la secretaria de Salud, Carla Vizzotti; y la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
Los festejos se dieron en la calle, en las inmediaciones del Congreso, y hasta en otros barrios porteños con bocinazos de automóviles que circulaban en horas de la madrugada.
Caracteres: 6.215
Fuente y Foto: Télam