Por Usina de Justicia

El brutal asesinato de la niña Kim Gómez en La Plata reabrió el debate sobre un tema que ya no admite dilaciones: la necesidad de bajar la edad de imputabilidad.

Los asesinos de Kim tienen 17 y 14 años. “Niños” para quienes subestiman la delincuencia juvenil y desprecian a sus víctimas. Sujetos que comprenden perfectamente la criminalidad de sus actos, según una ciudadanía harta de la impunidad y las retóricas inútiles.

Sabido es que el ser humano-por puro instinto de conservación-adquiere una conciencia muy temprana de que matar es malo. Y de que no es posible reeducar a nadie enseñando la impunidad.

¿Qué es lo que tenemos que seguir discutiendo?

El Régimen Penal Juvenil vigente es un péndulo que se mueve al son de la ideología del juez de turno, y de factores imposibles de predecir. Permite no hacer nada, beneficiar a un adolescente violador con la probation, hasta aplicar la misma pena que a los adultos. Todo ello dependiendo de la repercusión mediática y social que genere un caso. Es decir, de la “suerte” de la víctima y su familia para interpelar a los jueces y a la opinión pública. Fue esa presión la que determinó que el asesino de 14 años de Kim hoy permanezca en un centro cerrado y no en libertad, a pesar de no ser punible.

Mientras tanto, las potenciales víctimas de estos criminales-que somos todos-ya no podemos seguir dependiendo de las postergaciones políticas, y de una suerte macabra que conmueva a una Justicia insensible.

Usina de Justicia es una Asociación Civil que acompaña a las víctimas de homicidios y femicidios, y defiende a todas las víctimas de inseguridad a través de sus propuestas y acciones colectivas.

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